3/7/11

Propositos, motivos, contradicciones... y consecuencias.

Cualquiera diría que la ultima vez que escribí era Noviembre.
Sera por el termómetro que a estas horas intempestivas que tanto nos gustan a nosotros, los seres que no entendemos de conformismos, doctrinas ni directrices, nosotros los nos acogemos al sopor de la noche como si fuera nuestro amanecer... sera esa una sola de las muchas razones, las cuales no vamos a enumerar, y es que con una sola que nos haga dudar de si realmente es importante o no estar despierto ahora mismo, bastara.
Este puede que acabe siendo uno de otros tantos artículos que no acaben de ver la luz, otras de esas tantas luces de las que en Noviembre hable, una de esas centellas taciturnas que se apagan con la brisa veraniega... la cual por cierto es inexistente por estos parajes.
No voy a deciros que sera ni que dejara de ser, si llegáis a leerlo me sentiré feliz de que al final algo que yo haya escrito tras tanto tiempo llegue a salir de mi tintero, de que no entendáis mas de lo que yo os deje entender y, que como siempre, no queráis volver a pasaros por aquí en una larga temporada... sea pues por que haya mas de mi en forma de párrafos de lo que hasta ahora ha sido.
Decía que raro se me hace realmente estar aquí, escribiendo tan seguido y con tanta lucidez, como hacia tiempo que no hacia, pues no os miento si como ya he contando, han sido muchas y quizás se pueda decir que demasiadas las veces que aquí, en esta misma silla, con esta misma pose, me he sentado en esta silla a relatar la historia que mi vida ha sido en este año, pero ninguna las veces que ese esfuerzo al final se ha materializado en forma de una entrada que poder compartir con mi publico, ese publico sin cara como una vez dije, o con mascaras...
Y muchos son, otra vez quizás demasiados, los motivos que han hecho que no pueda, o mas bien quiera, compartir mis idas y venidas, mis desventuras, las guerras que nunca empecé pero si las muchas batallas que perdí, la rutina de unos días largos y pesados, de unas noches cortas e insuficientes, las contradicciones que siempre han sido mis compañeras en la vida, el ser Elio aquí en nuevos campos, siguiendo el cauce de otro rió que no veo desembocar en ninguna parte...
Esos motivos, tan extraños y variopintos como la desquicia mente que los considera propios y correctos, son los mismos que aun ahora, y como siempre lo han hecho, y pienso que harán el resto del tiempo que me quede, me hacen sonreír, sea cual fuere el momento. Contradictorios también son, pues capaces son de levantarme el animo en los momentos mas bajo, son los que me ayudaron a salir del agujero tan profundo en el que la vida me metió con su embiste traicionero, fueron esos motivos los que hasta aquí me trajeron de una manera u otra, con un nombre cualquiera, pero también los mismos son los que en muchas ocasiones, ocasiones de soledad y abandono, esta vez diferentes, pues aunque podamos decir una vez mas que fui yo mismo quien recurrió a esa reclusión forzada, otra vez los motivos eran muy distintos... en esas ocasiones en las que, con la única compañía de la ceniza y el humo escapando por mi ventana, eran los que me empujaban contra las paredes de la amargura, los que me repetían quien era yo, donde y como estaba, los que me recordaban lo que siempre he dicho que es lo mas bonito de esta vida... y lo difícil que es obtenerlo.
Digo obtenerlo, como puedo decir tocarlo, rozarlo, desearlo o incluso acariciarlo con la yema de los dedos, las contradicciones siguen a la orden del día, y quizás ya se este convirtiendo en el tema central de este improvisado articulo, hacia mucho ya que los artículos no tenían un tema central, como al principio lo fueron. Recuerdo que el año pasado intente volcar toda mi obra literaria en torno a un tema, y hay buenas muestras de ello en forma de borradores, un tema el del año pasado que me pareció inspirador tras todo el calvario sufrió... el tema era y puede seguir siendo, porque no, los propósitos.
Propósitos, motivos y contradicciones.. buen topic para escribir. Ya que uno puede elegir un propósito, encontrar los motivos por los cuales lo eligió y por los cuales llevarse acabo, y siendo yo como soy, a bien seguro que serán contradictorios la mayoría unos con otros, que solo yo en mi mas profundo delirio clarividente encuentre lógica alguna, en un mar de sabios sin voz ni voto, de meros observadores cuchicheantes, con cientos de dedos acusadores señalando la locura de mis actos, el despropósito de mi obra, la sin-razón de mis ideales, y la debacle en la que me sumen, pues entre toda esa marabunta de sucesos dementes, me encuentro yo, sonriendo.
Sera que sonrío por que no miro hacia delante, ni recuerdo lo que hay tras de mi, por que a mis lados toda esta en penumbra, y en mi cielo solo brilla una estrella junto a una gran luna, una luna que brilla tanto que hace muy difícil que pueda ver esa estrella, que los demas digan que no existe y que no esta ahí... pero yo se que esta.
Ya que ahora tengo tiempo, y parece que ganas, e incluso que me gusta lo que estoy escribiendo, me concederé una licencia de hacer algo grande, una de esas entradas que cada cierto tiempo me guste releer.
Sigamos hablando de motivos, ahora hablare de por que no me dejaban escribir, ni cuando estaba triste ni contento, y llamaros al primero de ellos al atrio de los acusados, una particular hoguera de las vanidades, llamemos la por su nombre: Vergüenza.
Vergüenza no por ti que me lees, ni por ti que no lo haces, vergüenza por mi mismo, por lo de siempre y por lo que nunca nadie me entiende, por desear lo prohibido, por querer recuperar lo que nunca nadie me dio y a lo cual me entregue en cuerpo y alma siempre que pude, se me requiriera tamaño sacrificio o no, razón de largas noches en vela, de muchas lágrimas nunca confesadas y de alguna publica, tanto de grandes alegrías como de inconfesables pesares, razón que en muchas ocasiones creo que es el sentido de mi vida, esa idea que esta anclada en mi cabeza, por la cual pueden pasar fríos inviernos y lluviosos otoños de olvido... pero para los cuales siempre llega una primavera nueva... y no me cansare de esperar un verano.
Vergüenza, como la de ahora por estar escribiendo esto, por la que he escrito tantas veces versos parecidos a estos, por haber hecho afrentas que bien sabia no debía acometer, por haberme hecho mas enemigos que amigos, por no poder poner un pie en según que reino, por muchas veces mirarme al espejo y no ver mi rostro en el...
Vergüenza no por mentir, que nunca fue lo mio, vergüenza por hablar con la verdad como emblema, vergüenza que podríamos tildar de soberbia, soberbia por saberme mejor que muchos otros, de al menos haberlo sido, o la esperanza de llegar a serlo... y digo yo, ¿Sera eso un pecado?.
No puedo contestarme a mi mismo, pero lo que si se que es un pecado, es la conciencia directa de mi propósito, y una vez mas, el motivo de esta vergüenza.
La desgracia en todo esto, y quizás el causante de la condena al destierro, es que no existe sentencia salomónica en este juicio, no existe la justicia absoluta, siempre hay un bando que pierde, uno ha de sufrir condena, y el otro obtener gloria... y aquí una vez mas la vergüenza me empuja, o me acompaña, alguna vez con otro nombre, quien sabe, antes disfrazada con otro hábito, o quien sabe si es ahora cuando porta antifaz... el caso es que el destino al que me lleva siempre es el mismo, al atrio de butacas de una obra a la que no estoy invitado, que lleva por titulo..... Felicidad.
Aun me sorprendo de seguir aquí, tras largo rato redactando... como también me sorprendo aun parezca increíble haciendo memoria, reviviendo según que sueños de niño lastimero, riéndome de bromas que solo unos pocos entendemos, haciendo cuentas y olvidandome de llevarme 20, buscando fichas de juegos de mesa que ya no existen por que nadie juega, odiando a personajes a los cuales no tenia motivos para odiar, perdiendo horas de sueños siendo feliz por la noche, sorprendiéndome de como se pueden hacer cosas que la lógica dicta que no se pueden hacer, compartiendo ratos de mi vida a kilómetros de distancia... viviendo una vida que no me pertenecía, con alguien que tampoco me pertenecía...
Y ahora, llego al punto, en el que recuerdo por que nunca llego a publicar estas cosas a la luz... otro motivo, tan amargo como la vergüenza y tan oscuro como el odio... una vez mas... mea culpa.
Supongo que era lógico, si hablamos de propósitos, de motivos y de contradicciones, ineludiblemente deberíamos llegar a este punto: consecuencias.
Las consecuencias, y sobre todo mas apropiadamente, culpables, o culpable, singularizando.
Hacer cosas de loco, es hacer locuras, y las locuras nunca acaban bien, por mucho que nos guste a todo ser humano el subidón de adrenalina, emocional o real... y a mi el primero, vaya que si.
Dicen que quien juega con fuego, acaba quemandose... y yo era su pareja de baile, muy mal bailarín, todo sea dicho. Voy a darle muchas vueltas al asunto, por que como ya he dicho, siempre que llego a este punto es cuando miro la pantalla, cigarro en mano, dándole vueltas a la cabeza para acabar cerrando la ventana y pensando "Es mejor así"... no puedo deciros si realmente estaríais de acuerdo conmigo si supierais lo que revolotea por mi cabeza, lo que me callo y no cuento, ni yo mismo creo a ciencia cierta que realmente sea la decisión correcta hacer mutis del tema, pero bueno, algo bueno tiene el ser el único que escribe aquí.
Yo, que creo que todo debe ser dicho en cierto momento, comentado y puesto a debate entre el común de la gente que tiene interés alguno en tan delicados asuntos como los que nos atañen, que muchas veces he portado la sinceridad por estandarte... hablando en plata, callo como una puta.
He dicho que es oscuro, he dicho que es amargo, hasta cruel en algún momento, todo hacia mi mismo... si lo pienso...
Debería haberme quedado con la parte bonita del articulo, extraño es que cuando el sol alza su lustroso porte por mi ventana invitando al desperezo matutino del mundo, en ese preciso y precioso momento, que paradojicamente tantas veces he compartido... sea ahora cuando me invite a mi mismo a parar... o cuando menos a cambiar de tercio.
Tengo que reírme, y es que hay algunas cosas que no pueden cambiar jamas... y es que en momentos como este uno puede seguir encontrando cosas con las que, aun conociendo como la palma de su mano, le sorprendan tanto, y mejor aun, le hagan recordar por que la cosa mas sencilla del mundo, puede convertirse en algo tan especial.
Puede que sea hora de irse, de aquí, del blog, de Sevilla, de dejar tantas otras cosas... aunque el calor apriete, este sigue sin ser el verano que antes dije, pero una vez mas me niego a abandonar... uno no puede perder cuando sabe que lucha por el ideal correcto... soberbia nuevamente.
No quiero llamar a las armas, empezar una guerra, ni librar batalla alguna, decidí cuando ensille la montura que no seria cruzado o misionero, sino que seria ermitaño en peregrinación... pero una peregrinación nunca acaba antes de llegar a la muralla de la ciudad o eso dicen.
No quiero volver a irme con las manos vacías, no quiero haber estado tan cerca y haberme vuelto una vez mas esa espina clavada, se que una vez mas puede que este lanzando los dados al borde de una mesa coja sobre una casa desmoronándose al borde de un acantilado, que nunca es buen momento para jugar a ser Elio, que como he escrito, y no es muy alentador ni para mi mismo: "La vida es todo aquello que ocurre entre que intentas alcanzar tus sueños hasta que te das por vencido..."... pues aun no quiero darme por vencido, quiero volver a ver mi estrella, junto a esa Luna, que me cieguen sus rayos o me desvíen hacia este sol de la mañana que ya abrasa, que ensucien mi nombre, mas nunca quiso estar libre de mancha si al menos sus marcas no se olvidan, que mis propósitos se cumplan, que se turben mis motivos, que mis contradicciones se hagan patentes, que las consecuencias sean las que tengan que ser, y que me condenen como único culpable, que nadie me acompañe en mi desfile hacia el purgatorio y que me olviden allí por otros tantos años como yo me olvide de quien era.
Que nadie me diga "Y ahora que" ni que me digan "Tu te lo buscaste"... solo quiero ser Feliz, en una silla de un bar, sentado tan cerca de ti como aquella vez, pero a la vez tan lejos, como en la misma ocasión... y esta vez, sera tan buena idea como en aquel entonces lo fue.
A la mañana siguiente no despertare junto a ti, pero una cosa te aseguro, me acostare con la misma sonría que aquella noche, y me durara hasta la próxima vez.
Espero no causar mas problemas de los que siempre causo cuando escribo, promesa cumplida queda, vuelo libre sin paracaídas.
Y, por si acaso no ha quedado claro: Mi propósito es verte antes de irme esta semana, mis motivos son que te echo de menos tanto como siempre, mi contradiccion es que quiero hacer todo lo posible por ti, pero te prometo no hacerlo... y la consecuencia es que soy un imbécil.